Con la ayuda de asesores israelíes, se instaló un sistema de cómputo en la Casa Presidencial, en donde tenía sus oficinas el Estado Mayor Presidencial dirigido por el coronel Batres; este sistema utilizó un programa de análisis de datos que se creó en Argentina durante la Guerra Sucia en ese país, y que fue recomendado a Guatemala por asesores militares argentinos. Los datos sobre las fuerzas responsables revelan la importancia de las masacres como parte de la política contrainsurgente. No se produjeron enfrentamientos armados en la capital, aunque en el interior del país sí hubo algunos choques de menor importancia. El polémico y carismático exfutbolista del club Juan Gómez Juanito, símbolo blanco durante más de diez años, falleció en otro accidente de tráfico el 2 de abril de 1992 cuando regresaba a la ciudad extremeña de Mérida. A pesar de todo esto, la asociación continuó siendo una organización beligerante durante esta campaña de terror.
El 5 de septiembre de 1980 el Ejército Guerrillero de los Pobres llevó a cabo un acto terrorista frente al Palacio Nacional con la intención de disuadir al pueblo guatemalteco de asistir a una manifestación de apoyo al gobierno del general Lucas García que estaba planificada para el domingo 7 de septiembre en el Parque Central. Esto hizo que al Campus Central de la Universdidad de San Carlos se le conociera como una zona roja en donde se vendían estupefacientes con total impunidad; en cuanto a las autoridades universitarias, estas no pudieron eliminar este flagelo, pues los delincuentes estaban fuertemente armados. Muchos artistas de la ciudad fundaron en 1794 el Columbianum, que constituía entonces la primera sociedad para el fomento de las bellas artes. La tropa de la cual hablaba no existía y así marchó al Palacio de Gobierno para asumir la primera magistratura de la Nación. Tras la salida de Lucas García, los jefes de los sublevados pidieron la comparecencia en el palacio del general Efraín Ríos Montt y del candidato a la vicepresidencia por el partido fascista Movimiento de Liberación Nacional en las pasadas elecciones, Lionel Sisniega Otero. El presidente electo debía tomar posesión en los primeros días del próximo mes de julio, en que el general Romeo Lucas abandonaría el poder.
Me parece el mejor fichaje del Barcelona en los últimos años. Los sublevados ocuparon también el edificio del Congreso, que disolvió inmediatamente su sesión; la empresa nacional de comunicaciones, Guatel, y todos los edificios oficiales importantes de la capital guatemalteca. Palacio Nacional, sino que en muchos de los edificios aledaños, especialmente en el Edificio Lucky, que está frente al Palacio Nacional sobre la 6a. avenida. Guatemala había ordenado la búsqueda internacional y captura e ingreso en prisión de, al menos, dieciocho altos funcionarios de la Policía Nacional Civil (PNC) y del exministro de Gobernación, Carlos Vielmann, el exdirector general de la PNC, Erwin Sperisen, al subjefe, Javier Figueroa, y al exjefe de la División de Investigación de la Policía Nacional, Soto Diéguez. Esta situación se mantuvo hasta 1989, en que un comando de la policía ingresó a la universidad y obligó a replegarse a los expendedores. Las guarniciones sublevadas pidieron a la policía que entregase sus armas y que se uniera a ellos.
Seis guarniciones militares, cinco de ellas de la capital guatemalteca, apoyadas por la fuerza aérea, estuvieron en el origen de la sublevación, una de cuyas cabezas visibles es el general de aviación Hernán Ovidio Morales. El secretario personal del general Romeo Lucas, Jorge García Granados, secretario general del Partido Revolucionario, oficial, entró esposado en el palacio de gobierno. A tan solo quince días del asesinato de Castañeda de León, fue desaparecido su sucesor, Antonio Ciani García, y en los siguientes 18 meses recibieron amenazas casi todos los dirigentes estudiantiles y profesores universitarios con vinculaciones políticas (incluso con los partidos legales). Durante el Virreinato del Perú, una parte del valle del río Rímac, regada entonces por el hoy desaparecido río Huatica, empezó a conocerse como Matalechuzas. Para una descripción detallada de las masacres ocurridas durante este periodo, véase: Masacres durante la Guerra Civil de Guatemala. El Aeropuerto Internacional La Aurora permaneció cerrado durante varias horas, y numerosos vuelos internacionales fueron cancelados o retenidos; efectivos de la fuerza aérea controlaban la terminal, y aviones y helicópteros de combate sobrevolabann la capital en una exhibición de fuerza de los militares sublevados.
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