Hilário señaló al respecto que él había sido el primer preto (negro) en formar parte de la plantilla del Sporting de Lourenço Marques, tres años antes de que lo hiciera Eusébio, y que siempre se había sentido bien tratado (aunque ha reconocido que muchos de sus amigos del barrio dejaron de hablarle por fichar por un club “racista, que no aceptaba negros”). El periodista Alexandre Franco, que creció y jugó con Eusébio en Lourenço Marques, se mostró muy decepcionado con su antiguo amigo. «“Dos Subúrbios da Lourenço Marques Colonial aos Campos de Futebol da Metrópole”, uma Entrevista com Hilário Rosário da Conceição». Diálogos com a História: Eusébio e Hilário. Su amigo Hilário ha desvelado que fue a buscarlo poco después de llegar a Portugal, a la residencia de jugadores del Benfica, donde se alojaba, para hacerle llegar una oferta de Los Leones que multiplicaba por diez la cantidad que el club de Las Águilas había entregado a la madre del jugador. De inmediato surgieron voces que matizaban o desmentían las palabras del jugador.
Al regresar a la residencia para que pernoctara esa noche, los dirigentes del Benfica, alarmados por la desaparición del jugador, decidieron llevárselo fuera de Lisboa para evitar cualquier injerencia en su fichaje por parte de los enviados del Sporting. La parte posterior es lisa en azul, y la numeración y el nombre se aplica en rojo con los bordes blancos. Esta imagen judía finalmente se convirtió en una parte central de la cultura de la afición «ajacied». Es posible que se le fuera la mano al técnico húngaro con sus palabras porque tampoco él pudo romper el hechizo, pese a regresar al Benfica en la temporada 1965-66. La maldición ha resistido el paso del tiempo y ni siquiera la reciente inauguración de una estatua de bronce en su honor, erigida junto a la puerta 18 del estadio Da Luz, ha servido para deshacer el conjuro. Tras su paso por Portugal, Eusébio retornó al fútbol estadounidense en las filas de los Quicksilvers de Las Vegas, un equipo de escaso fuste y nulas expectativas. Su presidente, Fernando Mendes, era un gran benfiquista y ofreció al jugador un puesto en el equipo. Convertido en un símbolo del Benfica y de Portugal, el propio jugador tendría el privilegio poco común de descubrir su propia efigie, erigida en las inmediaciones del Estadio Da Luz, una estatua que homenajeaba al mejor futbolista luso de la historia y uno de los más grandes de todos los tiempos, como prueban la consideración y alta estima que su figura despierta en el mundo del fútbol.
A minha historia com Eusébio. Eusébio. Memorial Benfica, 100 Glórias. El fichaje de Eusébio siempre ha estado sujeto a controversia. Pese a las grandes expectativas que generó su fichaje en la ciudad el equipo no lograría el ascenso de categoría. A finales de julio de 1978 se anunciaba el fichaje de Eusébio por los New Jersey Americans, camisetas de futbol baratas el vigente campeón de la American Soccer League (una especie de 2ª Div. Se trataba de los Shootouts, una especie de uno contra uno en el que el jugador, que debía partir de la línea de 35 yardas (que delimitaba el fuera de juego en el fútbol yanqui), disponía de cinco segundos para batir al portero. Uno de los compañeros de Eusébio en el equipo juvenil, el portero Braga Borges, salió al paso de lo publicado en la entrevista afirmando que en el cuadro sportinguista figuraban indios y mestizos, además de negros, sin que jamás hubiera habido el menor problema. En la temporada 2018-19 fue estrella en el Bari de la Serie A, para después continuar su paso por el Fleury 91 de la División 1 de Francia y el Rangers.
El suculento contrato, a razón de un millón seiscientas mil pesetas por partido jugado, no se prolongaría en el tiempo, pese a que estaba estipulada una temporada más. Así, Antonio Sousa, compañero del mozambiqueño en el Beira-Mar, recordaba tiempo después cómo, en un partido contra el Benfica celebrado en enero de 1977, el colegiado señaló un golpe franco contra los lisboetas con empate a dos en el marcador, y Eusébio, que inevitablemente lanzaba todos los tiros libres del equipo, se apartó del balón indicándole que lo tirara él, porque “no podía marcarle goles al Benfica”. Y añadía para finalizar: “No era «O Rei», como le llamaban. La «Pantera Negra» no era de los que se quejaban”. Ya le digo yo que no. Amarilla a Carvajal por derribar a Neres, que se iba solito otra vez. En la última vuelta al fútbol, Diego volvió otra vez a jugar con Boca, donde vistió la camiseta número 10 hasta el año 1997: el 30 de octubre de 1997, día de su 37 cumpleaños, se retiró de las canchas de fútbol. Pantalón Corto) Personalización con nombre y número.